Graduado en física por la Universidad de Viena, sorprendió
a un numeroso público de distintos ámbitos culturales
con la publicación de su obra El Tao de la Física,
donde además de hacer referencia a sus experiencias espirituales
sobre la naturaleza de la energía (1969) desarrolla su
tesis que vincula los conceptos de las tradiciones ancestrales
orientales con las nuevas aportaciones en el campo de la materia.
Actualmente realiza sus investigaciones en el Lawrence Berkeley
Laboratory y ejerce como docente en la Universidad de California.
Otras obras: El punto crucial, Sabiduría insólita.
"Creo que en la comunidad científica el misticismo
se tenía por algo muy vago, que describía algo confuso,
nebuloso y muy acientífico. Ahora bien, ver que la teoría
tan acariciada por uno se compara con esta actividad sumamente
acientífica resulta amenazante para los físicos.
Se lo he oído decir a muchos de ellos. Por otro lado sé
que algunos de los grandes físicos de nuestro siglo se
enriquecieron enormemente al reconocer que los conceptos básicos
de sus teorías eran semejantes a los de las tradiciones
místicas. Algunos lo encontraron difícil al principio.
Pero finalmente lo consideraban como un gran enriquecimiento intelectual
y cultural de sus vidas. El primero fue Heisenberg".
La Nueva Visión de la Realidad:
Hacia una Síntesis de la Sabiduría Oriental y la
Ciencia Occidental
Durante las primeras tres décadas de este siglo ha ocurrido
un cambio impactante en los conceptos e ideas de la física.
Los nuevos conceptos, que aún están siendo elaborados
en nuestras actuales teorías acerca de la materia, han
modificado radicalmente nuestra cosmovisión llevándonos
del pensamiento mecanicista de Descartes y Newton a una visión
holística y ecológica.
La nueva visión no fue de ningún modo fácil
de aceptar por los físicos de principios de este siglo.
La exploración del mundo atómico y subatómico
los hizo contactarse con una realidad extraña e inesperada.
En sus esfuerzos por captar esta nueva realidad, los científicos
se percataron dolorosamente de que sus conceptos básicos,
su lenguaje y toda su forma de pensar eran inadecuados para describir
los fenómenos atómicos. Sus problemas no se limitaron
al ámbito intelectual, sino que se extendieron a una intensa
crisis emocional e incluso existencial. Les tomó largo
tiempo superar dicha crisis, pero al final fueron recompensados
con profundas introvisiones respecto a la naturaleza de la materia
y su relación con la mente humana.
He llegado a creer que las naciones y sociedades del mundo se
encuentran hoy en una crisis similar. Todos los días leemos
en los periódicos acerca de las numerosas manifestaciones
de esto. La mayoría de nuestras economías producen
una alta inflación y desempleo, con niveles de pobreza
y hambruna que no disminuyen; existe una crisis energética,
una crisis en el cuidado de la salud, una crisis ambiental y una
creciente ola de violencia y crimen. Creo que todas éstas
son diferentes facetas de la misma crisis, que esencialmente es
una crisis de percepción. Tal como la crisis de la física
en la década del 20, ella se deriva del hecho de que estamos
intentando aplicar los concep¬tos de una visión del
mundo anticuada la cosmovisión mecanicista de la ciencia
newtoniana cartesiana a una realidad que ya no se puede comprender
mediante estos conceptos.
Aun cuando la cosmovisión cartesiana es más característica
de la cultura occidental que de la oriental, muchos de sus principios
básicos también se aplican ahora en Oriente, debido
a la adopción mundial de la ciencia y tecnología
occidentales. La cosmovisión cartesiana ya ha alcanzado
sus límites en muchos campos, incluyendo la física,
la biología, la medicina, la psicología y la economía.
Hoy vivimos en un mundo globalmente interconectado, donde todos
los fenómenos biológicos, sicológicos, sociales
y ambientales son interdependientes. Para describir este mundo
en forma apropiada, necesitamos una perspectiva ecológica
y esto no lo ofrece la cosmovisión cartesiana.
Lo que necesitamos, entonces, es un nuevo paradigma una nueva
visión de la realidad y un cambio fundamental en nuestros
pensamientos, percepciones y valores. Los inicios de este cambio
desde la concepción mecanicista de la realidad a la holística,
son visibles en todos los campos y es probable que dominen la
década. La gravedad y extensión global de nuestra
crisis indica la probabilidad de que ésta desemboque en
una transformación de dimensiones sin precedentes, un punto
de giro para el planeta como un todo.
Nota:
El texto corresponde a Sabiduría Antigua y Ciencia
Moderna.
Compilaciónde Stanislav Grof
Editorial Cuatro Vientos
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