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Cuando Jorge Luis Borges era otro y su pluma no dialogaba con quienes cre�an que el sol y la luna solamente sal�an en Europa, escribi� un texto breve titulado �El tama�o de mi esperanza� (cuya lectura recomiendo fervientemente). All� se lamentaba de la indigencia intelectual argentina en los siguientes t�rminos: �Nuestra realid� vital es grandiosa y nuestra realid� pensada es mendiga�. |
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