CHILE versus BOLIVIA: otra mirada
Un libro se construye poco a poco. Despu�s del sobrecimiento viene el milagro del tabique. La tipograf�a es la techumbre. La car�tula, su puerta. La substancia, su argumentaci�n. De domicilio de doctrina puede convertirse en barricada. Gestarlo es lato. El parto, en cambio, veloz. Hoy la criatura ya est� y echa a andar. Reclama paternidad y la disfruta. Tambi�n dispone de padrinos. De la Rep�blica del M�s All� lo amparan -entre otros- Wilfredo Mayorga, Jorge Barr�a, Astolfo Tapia, Edgar Oblitas, Hern�n Godoy Urz�a, Tom�s Pablo, Eduardo Frenk, F�lix Garay, V�ctor Condori, Carlos Ramos Ib��ez... Son los que -como el Cid- libran combates despu�s del deceso a horcajadas de la obra impresa, de la labor de aula o del ejemplo aleccionador. No es esta una necrolog�a, sino advertencia al enemigo que la guerra iniciada ayer contin�a hoy. Imposible cante victoria mientras quienes, asumiendo una postura contestataria, sin temor a la cicuta oficialista, se�alamos un camino distinto, dise�amos interpretaciones disonantes, promovemos el esp�ritu de Paucarpata mientras otros se nutren de la miasma de Monterrey.

Per�n en Chile 1953
Peronismo, al interior de Argentina, ha sido estudiado. Su impacto externo, en cambio, es insuficientemente conocido. Se le cree un conductor puramente argentino. Lo fue y con impronta perdurable. Sin embargo, irradia m�s all� de las fronteras patrias. No s�lo por su programa y realizaciones dom�sticas, sino porque impulsa un proyecto de reconstituci�n de lo que Manuel Ugarte denomina la Patria Grande. Con el pseud�nimo Descartes, ya en 1948, expresa �la Cruz del Sures el s�mbolo de la Am�rica austral. Ni Argentina, Brasil o Chile aislados pueden alcanzarla grandeza. Unidos, en cambio, constituyen una entidad formidable a horcajadas de dos oc�anos... Desde all�, hacia el norte, se construir� la Confederaci�n Sudamericana. Vinculados son inconquistables. Separados indefendibles.

Libro Negro de Nuestra Educaci�n (Cap�tulo VII)
MAPOTECAS ESCOLARES Se constata la sostenida preocupaci�n por dotar de bibliotecas a los planteles. No se observa, sin embargo, equivalente inquietud por suministrar mapotecas renovadas. Las Ciencias Sociales suelen ense�arse sin el saludable apoyo de las cartas. El Atlas -amen de constituir un desembolso extra- no reemplaza el empleo del mapa para ilustrar la lecci�n. Cuando existen suelen estar obsoletos. Aun es posible encontrar -por ejemplo-aquella proyecci�n en la cual se representa a nuestro pa�s quebrado en tres. Tambi�n, otro de �frica �predescolonizaci�n�. En este, el Continente negro es un mosaico de factor�as de Europa. Aun m�s, los docentes no siempre experimentan la necesidad de documentar su clase con ellos. Son claves, pues facilitan la ubicaci�n espacial del alumno. Menos com�n todav�a es el �nimo de generar como dependencia de la asignatura, la mapoteca, que incluya globos, mapas, pianos, br�julas, esquemas y otros instrumentos indispensables para el aprendizaje.

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